Actualizado 22 octubre 2024
Introducción
A pesar de que solo el 5% de los traumatismos resultan en pérdida permanente de la visión, los traumatismos oculares son responsables de aproximadamente el 40% de los casos de ceguera monocular en la población general.
En niños, además de la secuela visual, pueden causar daños emocionales y en el desarrollo. Las causas más comunes son: Caídas, actividades recreativas (incluidos los deportes), pedradas y accidentes automovilísticos.
Presentación clínica
Anamnesis
Es fundamental recoger una historia detallada para evaluar los diversos mecanismos de lesiones involucrados.
Evaluar el contacto con productos químicos y las hipótesis de lesiones extraoculares asociadas (ej. TEC). Estos casos requieren un abordaje inmediato, con atención urgente de las lesiones y estabilización clínica.
Examen físico
El examen físico ocular puede separarse didácticamente en exámenes general y oftalmológico.
Examen general:
- En la ectoscopia, buscar signos de edema, laceraciones o hematomas de los párpados, laceraciones faciales o palpebrales, proptosis, enoftalmia y hemorragia subconjuntival.
- Examinar la órbita mediante la inspección y palpación del margen orbitario en busca de fracturas y/o enfisemas. La fractura en la parte superior de la órbita (suelo de la fosa craneal anterior) requiere evaluación neuroquirúrgica.
- El traumatismo por mordedura de animales domésticos con frecuencia lesiona el ángulo medial y/o la vía canalicular, debiendo considerarse el riesgo de infección.
- Examinar cuidadosamente la córnea y el iris en busca de sangrados y presencia de cuerpos extraños.
Examen oftalmológico:
- Después del trauma, el niño puede presentar dolor o miedo y no cooperar con el examen; en esos casos, debemos derivarlo de inmediato al oftalmólogo, ya que puede ser necesario un procedimiento anestésico.
- Siempre que sea posible, probar la agudeza visual (probar cada ojo por separado). Dependiendo de la edad y comprensión del niño, puede hacerse con habilidad para fijar objetos o con el uso de tablas específicas.
- La movilidad ocular debe ser evaluada en busca de posibles lesiones neuromusculares.
- La forma de las pupilas, su simetría y su reacción a la luz deben ser evaluadas; la reacción pupilar debe ser probada directa y consensualmente con una fuente de luz, con el niño fijando un objeto colocado a distancia.
- El examen detallado del fondo de ojo puede ser muy difícil por la falta de dilatación pupilar; aun así, el reflejo rojo puede ser evaluado y su ausencia puede indicar hemorragia vítrea, catarata o desprendimiento de retina.
Abordaje diagnóstico
El diagnóstico es clínico con necesidad de examen oftalmológico específico en algunos casos.
Abordaje terapéutico
El tratamiento debe realizarse de acuerdo con la lesión afectada.
Contacto con producto químico: Lavado copioso del ojo con suero fisiológico debe realizarse tan pronto como sea posible.
Perforación ocular: Si se identifica perforación ocular, el niño debe ser puesto en ayuno, reposo, con oclusión del ojo afectado con concha rígida y hospitalización. Se debe indicar profilaxis antibiótica con Cefalotina endovenosa (20-50 mg/kg cada 6 horas). Se debe contactar un oftalmólogo para el manejo clínico y quirúrgico.
Presencia de cuerpo extraño: Siempre que sea posible, debe ser retirado por un especialista. Solo los cuerpos extraños adheridos al epitelio pueden ser removidos con hisopos tras la instilación de colirio anestésico. Cuerpos extraños más adheridos pueden ser retirados usando una aguja de insulina o una pinza delicada. Se pueden remover múltiples cuerpos extraños superficiales mediante irrigación ocular. Un oftalmólogo debe ser contactado para el manejo de este niño, si está disponible.
Hemorragia subconjuntival: Es autolimitada, pero la resolución completa de la hemorragia ocurre lentamente, pudiendo tardar semanas, dependiendo de la extensión inicial.
Hemorragia retiniana: Se debe considerar la sospecha de abuso (síndrome del bebé sacudido) e investigar a la familia de inmediato, además de notificar a los entes encargados de protección infantil en el momento oportuno; otros hallazgos oculares pueden estar presentes, pero es crucial evaluar el estado general y neurológico del niño, dado el riesgo de lesión del sistema nervioso central.
(Ver – Trauma ortopédico en pediatría)
Referencias bibliográficas
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