Actualizado 24 enero 2023
Definición
El dolor es un reflejo protector esencial para el cuerpo humano y ocurre con cualquier estímulo dañino para el tejido, involucrando a los nociceptores y al sistema nervioso central.
Es una experiencia sensorial y emocional desagradable y se considera un síntoma de daño subyacente. El dolor es siempre subjetivo y no existe un parámetro fijo para cuantificarlo.
Es uno de los motivos más habituales de visita a la consulta médica, representando más del 50% de las consultas de urgencia y el 30% de las consultas electivas. Los estudios muestran que el 46% de la población informa haber sufrido dolor en los últimos 1-2 meses.
Clasificación
Hay básicamente dos categorías: Dolor nociceptivo y dolor neuropático.
Dolor nociceptivo
Causado por la activación de los nociceptores. Puede ser somático o visceral.
- Somático: Se origina en los receptores de la superficie corporal o en los tejidos musculoesqueléticos. Suele ser localizado, empeora con el movimiento y mejora con el reposo.
- Visceral: Se origina en los receptores de los órganos internos. Suele ser profundo y mal localizado.
Dolor neuropático
Causado por daño directo al nervio que lleva el impulso. Es agudo y a menudo más intenso. Por lo general, es interpretado como agujas, hormigueo o ardor.
El dolor del miembro fantasma también tiene un origen neuropático y corresponde a una sensación de dolor en una región de la que el cerebro ya no recibe estímulos. Es un dolor muy común en pacientes con extremidades amputadas.
Según la duración, el dolor neuropático se puede dividir en:
- Agudo: Resuelto rápidamente, transitorio, que dura hasta que se elimina o se trata el estímulo nocivo.
- Crónico: Incluso con varios tratamientos, dura más de lo normal.
Hay un intervalo de tiempo en el que el dolor agudo se diferencia del dolor crónico: entre 3-6 meses, sin embargo, cualquier dolor que persista más allá de lo normal puede considerarse crónico.
(Ver – Dolor crónico)
Componentes y mecanismos
Nociceptores: Receptores sensoriales que detectan estímulos nocivos para el organismo y se localizan en la piel, músculos, articulaciones y meninges. Detectan estímulos térmicos, mecánicos o químicos.
Tipos de nociceptores:
- Fibras delta: Son fibras formadas por neuronas de mayor diámetro (fibras gruesas). Tienen una conducción más rápida y actúan en el momento del estímulo nocivo. Presentan una sensación de dolor agudo y bien localizado. Corresponden a la vía rápida del dolor.
- Fibras C: Son fibras formadas por neuronas de menor diámetro (fibras delgadas), corresponden a las fibras más comunes y tienen una conducción más lenta. Son los encargados de mantener la sensación de dolor.
Vías nerviosas centrales
El estímulo doloroso, transportado por fibras de conducción rápida (delta), converge al tálamo, que emite proyecciones a la corteza cerebral, generando conciencia de la sensación dolorosa.
En el fondo, las fibras de conducción lenta (fibras C) se activan y se integran en el tronco encefálico y el tálamo, que conducen impulsos a la corteza somatosensorial y cingulada, donde se procesará la cualidad del dolor (sistema límbico). En ese momento, se determinan las características más precisas del dolor, como el tipo, la ubicación y la ansiedad.
Rutas analgésicas naturales
- Zona gris del mesencéfalo adyacente al acueducto de Sylvius, que secreta encefalinas (opiáceos naturales).
- Núcleos de rafe magnus que liberan serotonina.
- Interneuronas de la médula espinal que liberan encefalina y endorfinas en la sinapsis local de las neuronas aferentes del dolor.
Evaluación del dolor
El dolor siempre se comporta de forma subjetiva, tanto en intensidad como en tolerancia. Cada paciente tendrá una experiencia personal e intransferible de cómo siente e interpreta la sensación de dolor, incluso siendo sometidos a idénticos estímulos.
Se utilizan algunos mecanismos para evaluar la escala del dolor, según su intensidad:
- Escala analógica visual (EVA): Rangos de 1-10.
- Escala numérica.
- Escala cualitativa.
- Escala facial.
A pesar de las escalas antes descritas los mecanismos idóneos para la valoración del dolor son múltiples, ya que, además de intentar valorar la intensidad del dolor, debemos analizar la localización y el grado de sufrimiento individual que esta experiencia le está provocando al paciente.
Ejemplo: El cuestionario de Mc Gill proporciona una idea más completa de la situación del dolor, facilitando un mejor abordaje terapéutico en cada caso.
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